¿Sabías que el único cementerio con forma de flor en Colombia se encuentra en Envigado? 

Foto: Gente

Lo que para algunos es un simple espacio donde se entierran a los muertos, para otros es un lugar sagrado donde el cuerpo por fin descansa de todo lo trajinado en este plano terrenal.

Y así como lo mencionó el filósofo Lucio Anneo Séneca, “la muerte que es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor”, es lo único seguro que todos los seres vivos tenemos en la vida. Para cuando llega este momento al que muchos le temen, es tradicional en varios lugares de Colombia realizarle un entierro a ese ser querido que ya ha partido de este mundo.

Por tal motivo, la mayoría de las ciudades cuentan con un cementerio, en este caso, el de Envigado se le conoce como el Cementerio Central, y se puede afirmar que estos lugares no discriminan género, raza y mucho menos, estrato socioeconómico. Tarde o temprano todos terminamos en el mismo hueco.

Inicialmente los envigadeños enterraban a sus muertos en la capilla Nuestra Señora de los Dolores, en San Rafael, luego con la inauguración de la Parroquia Santa Gertrudis, se creó un segundo lugar para entierros. Sin embargo, en 1852, por acuerdo municipal, el cementerio se trasladó al sitio donde se encuentra actualmente; en Milán Vallejuelos, sobre la Avenida El Poblado #40 Sur-83.

Este cambio se dio por políticas de salud pública ya que las iglesias católicas no podían realizar este tipo de prácticas dentro de las zonas urbanas.

Para 1874, el lugar contaba con dos ataúdes que se prestaban para las velaciones y luego enterraban a las personas envueltas en sábanas.

El cementerio cuenta con cinco criptas con galería y una central que desde el aire le dan al lugar una forma de trébol, que solo se puede observar desde arriba.

Las criptas son circulares y tienen tumbas en las paredes. Además, las galerías también están compuestas por bóvedas y osarios que se ubican a los lados del camino central.

En todo el centro del lugar se impone con su mano estirada la figura de un Cristo resucitado, que es una réplica de la escultura de la Parroquia Santa Gertrudis que fue traída de Francia a finales de 1800.