No es un secreto que el fútbol es una carrera corta y aunque hay excepciones, la mayoría de los futbolistas profesionales se retiran literalmente muy jóvenes, y en muchos casos esto se debe a lesiones que después que llegan no permiten tener el mismo rendimiento de antes.
Este es el caso de Yhonny Ramírez, un exfutbolista profesional que luchó y batalló con varias lesiones a lo largo de su carrera, pero al final, tuvo que dejar de lado su mayor sueño.
El deportista que hoy tiene 40 años, debutó en el fútbol profesional colombiano en el año 2002 cuando tenía 18 años, su debut se dio en el Envigado Futbol Club, equipo en el cual era titular, pero después de un tiempo quiso probar suerte en otro lado.
El futbolista tuvo varias lesiones cuando incursionaba en el mundo futbolero, pero cuando clasificó con la selección Colombia sub 20 al mundial de 2003 con el técnico Reinaldo Rueda tuvo una que le rompió un ligamento y lo dejó marcado de por vida. “Desde esa lesión mi nivel no volvió a ser el mismo. Sin embargo, me adapté para cambiar mi ritmo de juego”.
A lo largo de su carrera pasó por equipos como Real Cartagena, Boyacá Chicó, Millonarios, Junior, Cúcuta, Tuluá y Leones Itagüí.
Cuando jugó en el Boyacá Chicó duró cuatro años ganando con ese equipo, quedó campeón del fútbol colombiano y desde ahí inició a mejorar su nivel, su próximo equipo fue el Millonarios, donde se puede decir que vivió unos de los mejores años de su carrera, ya que en el año 2012 pudo conquistar la liga y la catorceava estrella para el equipo que llevaba más de 20 años sin ganar una.
Después de eso un técnico decidió prestarlo al Junior por tres años y allá se volvió a lesionar, duró un año sin pisar las canchas. Aunque luego pasó al Tuluá, después al Leones Itagüí y fue en este último donde se retiró.
En su retiro se dedicó completamente a su negocio de arepas que estaba ubicado en el parque principal de Envigado, el emprendimiento que se creó hace 23 años se llama Arepas las Famosas y en un principio era de su suegro, pero luego pasó a manos de él. Sin embargo, cuando llegó la pandemia no fue nada fácil sostenerlo.
Además, el cierre de la plaza de Envigado también lo afectó, ya que estaban ubicados en ese sector donde transcurría mucha gente.
Con todo esto Yhonny comenzó a tener otros trabajos relacionados con el deporte y no le quedaba tiempo para atender el negocio, por ese motivo decidió venderlo y enfocarse en lo que realmente le apasiona.
Su infancia no fue nada fácil, ya que la relación con su papá era complicada. Cuando él tenía cuatro años su mamá decidió escapar de su padre y se vinieron a vivir a Envigado en el barrio La Mina. Sin embargo, él los encontró al año de haberse ido, pero esto no fue impedimento para luchar por sus sueños.
Un mensaje que el exfutbolista le da a los jóvenes que sueñan con triunfar en este deporte es que “el fútbol tiene que ser una segunda opción y no la primera como se ve realmente, porque la vida lo puede sacar a uno del él en cualquier momento”.
Además, expresa que hay que soñar, “si uno no sueña con conseguir las cosas, no las consigue, si no se lo plantea desde la mente y el corazón, es muy difícil”.