Todas las ciudades tienen su historia y Envigado no es la excepción, este municipio antioqueño ubicado al sur del Valle de Aburrá antes de ser lo que es hoy en día fue un territorio desolado, pues en el año 1541 toda la población indígena que lo habitaba murió, unos en enfrentamientos con las tropas del conquistador español Jorge Robledo, que llegaron a invadir el territorio y los demás prefirieron suicidarse antes que someterse.
De acuerdo con el Centro de Historia de Envigado, fue Robledo quien le otorgó su primer nombre al municipio, lo bautizó el 24 de agosto como San Bartolomé, en honor al santo patrono de ese día, fue en 1814 que Envigado se convirtió oficialmente en municipio y recibió el nombre de “Envigado”. Sin embargo, antes de esto, se dice que se llamó también Santa Gertrudis y luego Embigado, más adelante su nombre fue renovado y se le cambió la m por la n y la b por la v, lo cual tiene un significado y hace referencia a las vigas que salían de los bosques de la zona para construir las casas.
Durante el año 1.900 Envigado inició su proceso de industrialización, esto permitó el asentamiento de empresas y con ellas el crecimiento económico y el desarrollo social y humano. Además, en ese año se mejoró el sistema de transporte con la llegada del Ferrocarril de Antioquia a la ciudad.
Entre 1.950 y el 2.000, el municipio inició su proceso de expansión urbana, ampliación de sus calles y el comercio, en ese tiempo también hubo crecimiento de la clase obrera y la consolidación de los partidos políticos.
La ciudad señorial de Antioquia como también se le conoce, ha seguido creciendo en temas de economía e infraestructura, no por nada ha sido reconocida como uno de los lugares en Colombia con mayor calidad de vida, en muchas ocasiones ha logrado un puntaje de 100 en esta categoría. Sus habitantes la consideran como “el vividero perfecto” y conservan su historia y costumbres.