Últimamente se habla bastante de la felicidad. Pareciera ser el destino al que todos debemos dirigirnos, algo así como el Edén del mundo moderno. El lugar seguro y deseable y aunque no resulta tan fácil siempre feliz y sonriente, tu cerebro cuenta con un cuarteto equipado para hacerte los días más sencillos. Se trata de los soldados dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas, son las hormonas de la felicidad y lo mejor es que al estar dentro de ti, tú las puedes estimular y aumentar su secreción, pues cuando una o varias de estas hormonas circulan por nuestra sangre es cuando nos sentimos más felices.
La dopamina es un neurotransmisor que genera sensación de bienestar cuando cumplimos una meta u objetivo y activa los circuitos de recompensa, la oxitocina o la hormona del amor, reduce el estrés y aumenta la líbido y se relaciona con la intimidad y los lazos afectivos y emocionales que establecemos, la serotonina: regula el estado de ánimo, disminuye los niveles de ira y aclara la mente después de un disgusto y se relaciona con la autoestima, la autoconfianza, aumentando cuando nos sentimos importantes y por último la endorfina: reduce el dolor, el estrés y el miedo.
Presta atención y ponte manos a la obra si quieres ser más feliz.
- Celebra tus logros (no, no siempre con postres)
- Haz ejercicio diariamente (hasta 15 minutos de caminata sirven)
- Duerme entre 7 y 8 horas (define un horario, es el consejo de salud más importante)
- Bebe como mínimo 1 litro de agua todos los días (lleva un termo)
- Medita cada mañana (concédete un espacio de silencio y reflexión)
- Procura pensamientos positivos (tu mente siempre crea tu realidad)
- Abraza a tus seres queridos y mascotas (tu oxitocina lo agradecerá)
- Toma la luz del sol (es gratis y un remedio a muchos males)
- Da un paseo por la naturaleza (o ten plantas en casa)
- Baila (bajo la lluvia, con o sin música, solo o acompañado)