Sin duda alguna, para lograr el éxito en el deporte se necesita de esfuerzo y sacrificio. Sin embargo, a muchas personas les ha tocado superar un poco más que eso, al tener que hacer una exigencia mayor para enfrentarse a sus propios miedos e ir más allá de los límites establecidos.
En esta disciplina se deben traspasar límites para poder llevar el cuerpo un poco más allá, y eso lo tiene muy claro Sebastián Villa, un deportista envigadeño de 31 años que cuando empezó en clavados siempre soñaba con ser un deportista olímpico, y el año pasado le dio bronce en una copa del mundo a Colombia. Además, ha sido clavadista olímpico en tres ocasiones (Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020).
Sebastián, a pesar de tenerle miedo a las alturas decidió enfocarse en este deporte, y aunque al principio fue un poco difícil, manifiesta que es algo con lo que ha aprendido a convivir.
“Fue un proceso de tiempo que hasta hoy todavía tengo que enfrentarlo, y es algo a lo que a diario me tengo que enfrentar y cogerle un poquito de amor», expresa Sebastián.
Además, el deportista expresa que para llegar a los clavados primero pasó por otros deportes como BMX, natación y hasta estuvo en clases de pintura y música. Todo esto con el apoyo de sus padres que siempre estuvieron presentes en todas sus etapas.
Fue gracias a un profesor cubano que llegó a los clavados, pues este fue al colegio en el que estudiaba a dar clases de gimnasia y le dijo a los papás de Sebastián que él podía ser un deportista olímpico. Desde ahí dice que se enfocó en trabajar para lograr ese sueño.
Como toda persona que practica algún deporte, ha sufrido varias lesiones que lo han dejado meses sin poder entrenar y en el peor de los casos, hasta por fuera de competencias importantes. Sin embargo, tiene claro que son retos por los que todo deportista algún día tiene que pasar. Además, manifiesta que hay que “aprender a escuchar muy bien a nuestro cuerpo, ya que es nuestra herramienta de trabajo y él nos avisa cuando hay algún dolorcito, cuando nos vamos a enfermar, él siempre tira alertas ante cualquier cosa».
Todos los logros y triunfos provienen de un trabajo duro que se ha realizado previo a las competencias, pues las rutinas de entrenamiento son muy intensas. “He tenido periodos en mi vida en donde he llegado a entrenar 9 horas diarias divididas en dos jornadas de lunes a sábados”.
Sin embargo, los días cercanos a las competencias, se bajan mucho las cargas en volumen de trabajo, las horas disminuyen casi que a la mitad. Esto debido a la higiene deportiva que consiste en que previo a los días que van a competir, deben descansar bien, vivir en un entorno tranquilo y tener una buena alimentación.
Sebastián también es administrador de empresas y acaba de terminar una maestría en dirección de entidades deportivas con la escuela universitaria del Real Madrid. Es por eso que le gustaría algún día poder ejercer lo que estudió.
Agrega, además, que no fue nada fácil cumplir con esos objetivos personales, pues tenía que distribuir el tiempo en su carrera profesional y deportiva.
“Esto para mí es un logro muy grande porque no es fácil tener una carrera dual donde debes entrenar, cumplir con unas competencias, mantener unos resultados y al mismo tiempo estar cumpliendo con la universidad, con las entregas y los trabajos», expresa Sebastián.
El deporte a él le ha dado todo y tiene muy claro el poder de transformación que tiene esta disciplina. «El deporte para mí es una herramienta de transformación social, todas las personas que están practicando algún deporte o que están impactados por el deporte, realmente adquiere habilidades para su vida, diferencial al resto de las demás personas».
Actualmente se está preparando para obtener un cupo en los próximo juegos que se realizarán el próximo año en Europa. «Mi pensado es estar en París y mejorar las participaciones anteriores, me gustaría soñar y trabajar para estar en una final olímpica».
Este año tiene dos competencias importantes, que son los juegos nacionales que se realizarán en Risaralda y en octubre tendrá Juegos Panamericanos, los cuales sirven para obtener el tan deseado cupo a París.
Su mensaje para los jóvenes es que se atrevan a soñar en grande, que “una vez tenga idealizado esos sueños, se pongan a trabajar en ellos, no hay forma de alcanzar lo que uno quiere sentado esperando a que le caiga del cielo».
A su municipio lo lleva en el corazón y para él ese es el mejor vividero. “Estar viviendo en Envigado para mí es algo fundamente porque en Envigado se vive muy bueno, su gente es amable, es alegre, es muy cercana y eso me identifica mucho en mi forma de ser».