El Parque Las Mariposas, ubicado en la Loma del Esmeraldal, es un espacio construido por la comunidad que se caracteriza principalmente por ser el punto de encuentro de muchos habitantes del sector y hasta de aquellos que solo pasan cerca y deciden sentarse a disfrutar de su tranquilo ambiente.
1.800 metros de tierra sin edificaciones, solo naturaleza que le da al área un ambiente más “limpio” y llamativo. La idea de creación del parque nació en el año 2012, cuando una constructora edificó una sala de ventas en el territorio, con el fin de convertirlo en otra torre de apartamentos, pero los vecinos, inconformes con la situación, decidieron sobreponerse y pusieron demandas a la Alcaldía de Envigado, pues ya había demasiado espacio construido y se estaban quedando sin zonas verdes.
Luego de su lucha constante la justicia se pronunció y la sala de ventas cerró sus puertas en el año de 2019, así que los habitantes solicitaron a la administración municipal que recogieran los escombros, pero al final no lo hicieron así que entre todos sembraron algunos árboles y se encargaron del resto.
A través de los años lograron convertir este espacio en un huerto, despensa y jardín; la gente llega a pasear sus mascotas, a conversar y a seguir sembrando. El nombre del lugar nació porque al inicio uno de los vecinos había sembrado flores como asclepias, algodoncillo, girasol mexicano y cilantro sabanero, principales tipos de plantas de las que se alimentan las mariposas, e intentó hacer un lugar para la conservación de esta especie; en el cual enseñaba a los niños del barrio a cuidar las crisálidas, idea que solo dio frutos por un tiempo ya que actualmente no se puede encontrar el espacio dedicado a la preservación de esta clase de insectos.
Aunque el “laboratorio de conservación de mariposas” no haya dado sus frutos, el jardín está completamente abierto al público diariamente y en todo momento.
Según el Periódico Gente, las personas del sector, y hasta habitantes de Bello y La Estrella, llegan a conocer Las Mariposas y a sembrar productos como limoncillo, tomates y romero; alimentos que están siempre a disposición de todo aquel que pasa, eso sí, con el fin de dejar para los demás y no llevárselo todo.
Con historias como estas se debe resaltar el trabajo y la unión en comunidad, ese vínculo con los vecinos de la cuadra que permite que entre todos se realicen acciones que vale la pena visibilizar, que vale la pena construir y que igualmente no se deberían perder.
Este gran espacio espera a todas las personas, no solo a aquellas que habitan el sector, sino a todos los vecinos de todas partes para seguir construyendo una comunidad cercana e igualmente para seguir cuidando de este lugar que brinda tanto.