Toda una lucha fue la que tuvieron que enfrentar los habitantes del barrio El Esmeraldal por mantener vivo un espacio lleno de vegetación, fauna silvestre y que, además, es un lugar fundamental para la protección de los recursos naturales del municipio.
Se trata del Parque Cultural y Ambiental la Guayacana, un espacio en el que se han avistado más de 62 especies de aves y que la comunidad guerreó para que no fuera invadido por grandes construcciones de cemento.
Este parque existe también gracias al interés de estas personas de mantener viva la casa de Julio Rodríguez, un empresario que en la década de los 90 construyo el hogar de sus sueños en El Esmeraldal. Sin embargo, la vivienda fue vendida en el año 2012 a una empresa que destinó el sitio para la construcción de proyectos inmobiliarios, por lo cual, los vecinos se unieron para evitar que este espacio cargado de zona verde fuera transformado por el gris de los edificios.
Ya van siete años en el que, en este parque conformado por 6.400 metros cuadrados de zona verde, se educa y se recrea a las personas que quieren aprender sobre fauna, medio ambiente y literatura.
Además, quienes visiten la casa ubicada en el sector también pueden apreciar una decoración egipcia antigua y espacios como salones de lectura y biblioteca con una gran colección de libros.
El acceso al lugar es completamente gratis y está abierto al público todos los días.
