La fabricación del chocolate fue una de esas actividades productivas de alimentos que lograron alcanzar cierto grado de industrialización y mecanización, a pesar de que esta labor no era para nada fácil.
Anteriormente el cacao se compraba a los campesinos y se secaba en los patios al aire libre para luego entregárselo a mujeres molenderas que realizaban la labor de tostarlo y molerlo con piedras que se calentaban en fogones. De eso se obtenía un polvo que se mezclaba con agua y maíz amasándose durante varias horas hasta formar una pasta.
En Envigado existió una fábrica de chocolates, la cual era conocida como la “Chocolatería de Envigado” y hacía parte de un conjunto de empresas que se fusionaron para ampliar este producto a nivel regional y nacional.
Las fábricas se construyeron cerca de fuentes de agua para mover las diferentes máquinas y contar con una fuente constante del líquido para la producción. Además, los edificios eran amplios para las labores de maquinaria, procesamiento del cacao, empaque y bodegas.
La Chocolatería de Envigado también contó con vías carreteables que eran indispensables para el transporte de materias primas y productos terminados.
La idea era modernizar la industria con nuevas maquinarias y procesos como adoptar nuevos sistemas de administración, monopolizar la oferta de chocolates y ampliar los mercados en todo el país.
De acuerdo con el Centro de Historia de Envigado, la Chocolatería de Envigado hacía parte de un conjunto de empresas de tamaño reducido que en 1920 se unieron y de allí nació la Compañía de Chocolates Cruz Roja, la cual fue dueña de la famosa marca “Chocolate Cruz”.
Con el paso del tiempo la empresa se consolidó y tomó el nombre de Compañía Nacional de Chocolate, la cual hoy en día lleva más de 100 años aportando al desarrollo económico del país y fue reconocida en Grupo Nutresa como la empresa más sostenible del mundo en el sector de alimentos por el Índice de Sostenibilidad del Dow Jones.
