Conocer y conservar la esencia de un lugar en nuestras vidas, nos ayuda a socializar y transmitir con gente nueva esas historias que forman parte de nuestra raíz. Además de que nos permite aportar a nuestra identidad colectiva y no dejar que la pérdida de cultura incida en la falta de arraigo de nuestro territorio.
Es precisamente esto lo que se hace en un barrio en Envigado, un lugar que a pesar del paso del tiempo y de la modernización que esto conlleva, se ha negado a dejar morir esos espacios que lo han caracterizado por años.
Se trata del barrio San José, un lugar que tiene la cualidad de conservar sus espacios que por años lo han acompañado, como las casas con fachadas antiguas que hacen que turistas y demás personas se amañen en uno de los sectores más comerciales del municipio.
Es exactamente la hoy llamada calle 40 sur, que aún conserva las viviendas que vieron nacer el barrio San José, el cual, de cuerdo con el Centro de Historia de Envigado, lleva ese nombre debido a que sus primeros habitantes eran devotos de ese santo.
Además, en 1956 fue creada la Iglesia que tiene el mismo nombre, por solicitud de los habitantes quienes en su mayoría trabajaban en la empresa Rosellón, la cual se dedicaba a la fabricación de textiles y empleó a numerosas personas desde principios del siglo XX. Gracias a la construcción del templo otros habitantes del municipio se sintieron atraídos por vivir en esta zona.
En este barrio de Envigado que no quiere que mueran sus antepasados, se encuentran ubicados algunos puntos de referencia como el monumento a San José, la Casa Granero 15 Letras, fue fundada en 1943 y es una de las tiendas más antiguas del lugar, la Casa de las Piedritas; un referente turístico del municipio, y las fachadas de las casas tradicionales que atraen a cientos de turistas tanto extranjeros como nacionales.
Hoy en día este es un barrio tranquilo, en el cual las nuevas generaciones tendrán el reto de no dejar morir estas memorias que con el paso del tiempo les recordarán sus orígenes e historia.
