La Casa de la Cultura Miguel Uribe Restrepo es un espacio muy especial, según Carlos León Gaviria Ríos, historiador de la Universidad de Antioquia y actual director del centro, esta fue construida en el año de 1770, se caracteriza por tener diversos estilos arquitectónicos, aunque hay dos que destacan más que los demás, como el de tipo casaquinta española que consta de cuatro corredores con patio central y techos a dos aguas que son los tradicionales terminados en pico, y el tipo andaluz, que combina lo moderno con lo tradicional, pero conservando las raíces; de manera que se puede decir que la casa es bastante mestiza, ya que tiene una mezcla de diferentes estilos arquitectónicos. Es de las últimas edificaciones que quedan en el Valle de Aburrá con este tipo de diseños y con esta temporalidad, de hecho, es una de las construcciones más antiguas de Colombia.
La edificación fue construida con tapias, pisos de adobe cocido y techos en caña brava. El 80% de las piezas de madera que conforman la casa son originales, solo hay una parte que no es original y es el techo oriental que fue el que se quemó durante la restauración que se le hizo entre los años 2016 y 2018; una renovación liderada por la administración municipal, cuando el entonces alcalde, Raúl Cardona, estaba a cargo del municipio.
Los Restrepo, quienes habitaron la casa, fueron una familia muy adinerada de la época que se dedicaban al cultivo de la caña de azúcar y del plátano; eran conocidos por todo el departamento de Antioquia como los platanares, porque no solo contaban con ese espacio para su negocio, sino que eran dueños de diversas haciendas destinadas a este tipo de cultivo.
El plátano y la caña de azúcar eran elementos básicos dentro de la alimentación diaria, sobretodo en la frontera minera porque son alimentos que no son perecederos y que podían transportar por largas distancias sin que se dañara.
La casa tiene vida propia
Carlos León afirma que ha sentido “cosas en la casa” como sonidos, presencias y energías. Una vez escuchó que se habían movido unos pupitres y cuando fue a mirar, pensando en por qué los habían cambiado de lugar, se dio cuenta de que no se había movido nada y estaban en el mismo lugar donde los había dejado antes.
El historiador cuenta una anécdota que es muy conocida entre los funcionarios del lugar, pues anteriormente había un hombre ejerciendo el cargo de vigilante, alguien que según él tenía problemas con los compañeros por su forma de ser ya que era muy malgeniado y poco amable con las personas del lugar, así que “la casa le hacía la vida cuadritos”, hasta para poder ir al baño tenía que esperar que llegara el supervisor y lo acompañara, porque la misma casa le generaba “guerra” para no hacer sus cosas.
¿Quiénes eran los Restrepo y por qué la casa lleva este nombre?
Los Restrepo fueron grandes comerciantes y grandes hacendados. Trataban siempre de que su descendencia fuera la mejor, integrando personas ilustradas que pudieran continuar y conservar los negocios familiares para que estos no se fueran a perder.
Miguel Uribe Restrepo, habitante de la casa y quien nació en esta, recibió educación como abogado y filósofo de parte de los mejores profesores e incluso viajó al sur, Pasto y Cauca, mientras estuvo bajo el cuidado y enseñanza de diferentes sabios de envergadura nacional como lo fueron José Félix de Restrepo y Francisco José de Caldas.
Entre 1770 y 1790 no había muchos lugares para salir a recrearse o pasar el rato, realmente solo se encontraba la iglesia y el parque donde estaba construida esta, así que los grandes corredores de la casa fungían como el sitio de encuentro y lugar de diversión de la familia.
En este espacio, Miguel se reunía constantemente con sus allegados y familiares a charlar, e igualmente se encontraban después de las comidas y hacían sus lecturas, ya que en ese entonces salir de la casa no se usaba.
Dato: El antiguo comedor de la casa ahora está adecuado como una sala de exposiciones.
Actualmente una de las salas de la casa posee un cuadro importante y representativo para el municipio, realizado por el artista local, Juan José Saldarriaga. El cuadro representa y plasma toda la historia de la Ciudad Señorial y los bienes de interés cultural que tiene Envigado como lo son Otraparte, la Casa de la Cultura, el Salto del Ángel, el Salto de las Campanas, el arco de la Casa de la Cultura que conduce hacia la iglesia Santa Gertrudis, el Concejo Municipal y todo el charco de la quebrada La Ayurá.
La casa cuenta con tres bustos importantes, el primero es en honor a José Félix de Restrepo quien fue el gran libertador de los esclavos suramericanos, pues fue la primera persona del país en realizar una ley para liberar los esclavos.
Luego está el busto de Fernando González Ochoa, quien fue el filósofo de la autenticidad, una figura prominente del siglo XIX en el país. Por último, está el busto de un personaje que es poco recordado y poco reconocido, pero que fue muy importante durante la independencia antioqueña, el presbítero Jerónimo de la Calle, tío de José Miguel de la Calle.
Actual función de la Casa Cultural
La casa es testigo y testimonio de una época específica, de las vidas que habitaron el lugar, de quienes transformaron el municipio e igualmente es prueba de la transformación histórica y arquitectónica que ha sucedido en el Valle de Aburrá.
Está completamente abierta al público desde las 7:00 a. m. hasta las 8:30 p. m., las personas pueden ir a leer, a estudiar, a consultar a través de la red abierta de internet o solo a reunirse. Igualmente también se brinda un espacio de práctica a diferentes grupos de teatro, literatura, estudio de ajedrez y matemática.
Incluso, si el usuario necesita específicamente un lugar para hacer un evento, un taller o una exposición, puede agendar a través de las oficinas del centro y se les da un espacio con fecha y hora de acuerdo al aforo solicitado.
Cuenta el director que antes de la pandemia la Casa de la Cultura ofrecía más de 20 talleres a la comunidad envigadeña, todos dictados gratuitamente, pero que durante esta época fueron suspendidos y apenas en 2021 solo cinco de ellos se abrieron nuevamente al público.
Contaban con cursos como fabricación de pesebres, pintura, acuarela, música, teatro, entre otros, pero actualmente solo ofrecen clases de tango, adiestramiento de flauta dulce para niños, talla en madera, pintura y lettering.